Expertos advierten que las emisiones de la aviación crecerán siete veces en 30 años

 

 

Ciudad de México a 20 de febrero de 2019.- De acuerdo con las cifras de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), las emisiones de carbono derivadas de la aviación internacional podrían multiplicarse por siete en los próximos 30 años, a pesar de las preocupaciones sobre el cambio climático.

La aviación, particularmente el papel desempeñado por los viajeros frecuentes, rara vez se menciona en el debate sobre el clima, sin embargo, los viajeros aéreos, particularmente los que viajan en clase ejecutiva, se encuentran entre los mayores contaminantes de carbono en el mundo. Las emisiones de la aviación mundial serán un 70% más altas en 2020 que en 2005, según la Comisión Europea, mientras que la OACI prevé que para 2050 las emisiones podrían haber aumentado entre un 300% y un 700%.

Hasta hace poco, la aviación no había sido fundamental en el debate sobre el cambio climático. Disfrutando de un estatus especial, la aviación y el transporte marítimo fueron excluidos de los acuerdos de Kioto y París sobre cambio climático. Sin embargo, instada a producir sus propias soluciones y después de mucho esfuerzo, la OACI introdujo un esquema global de medidas basadas en mercado (Market-Based Measure - MBM) en 2016 que hasta ahora ha tenido un éxito limitado.

La Unión Europea (UE) ha introducido un sistema más robusto bajo su sistema de comercio de emisiones. Por lo tanto, las aerolíneas que vuelan a países de la UE o desde ellos deben comprar créditos de carbono para compensar las emisiones. Los aviones modernos son 70% más eficientes en combustible que hace 40 años, mientras que las aerolíneas con los mayores factores de carga producen significativamente menos emisiones por pasajero que las menos exitosas. La aviación consume cinco millones de barriles de petróleo cada día, contribuyendo con alrededor del 2,5 por ciento de las emisiones globales. Algunos climatólogos, sin embargo, sostienen que su impacto real es mucho mayor.

Calcular su impacto exacto es complejo, ya que los gases de efecto invernadero se liberan a la atmósfera superior, pero los mismos gases tienen diferentes efectos cuando se emiten a nivel del suelo. Sin embargo, algunos números básicos no están en duda: un viaje de regreso de Europa a Australia genera alrededor de 4.5 toneladas de carbono. Un auto que maneja 2.000 km emite menos que eso. Las aerolíneas están buscando cada vez más soluciones. Airbus, Boeing y Embraer están trabajando juntos en nuevos biocombustibles asequibles. Sin embargo, el avión eléctrico está a años de distancia.

La compensación ayuda, pero solo parcialmente. La aviación no está sujeta a impuestos de combustible o impuestos cómo el IVA. El ministro francés de medio ambiente, François de Rugy, ha propuesto un impuesto en la UE al combustible de aviación que penalizaría a quienes más vuelan.

Los impuestos en los boletos pueden estar vinculados a las emisiones y distancias de vuelo. Un impuesto a los boletos de avión en la UE sería legal si no estuviera vinculado al consumo de combustible y si se aplicara a un nivel común en todo el bloque.

Se proponen cuatro posibles impuestos: uno basado en la vida del combustible contaminante utilizado, uno basado en las emisiones de óxidos de nitrógeno, uno basado en la distancia recorrida y un híbrido de un impuesto a la aviación y un cargo por impacto climático.

 

Con información de The Irish Times

>> Más noticias

 
redes sociales