China se posiciona al frente con acciones para combatir el cambio climático mientras que Estados Unidos retrocede

Ciudad de México a 24 de septiembre de 2019.- El Secretario General de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, ha convocado a redoblar los esfuerzos para limitar las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) a la atmósfera. Es urgente que todos los países realicen acciones para disminuir los efectos del cambio climático. Sin embargo, si aquéllos con mayor contribución de emisiones de GEI no cumplen con sus compromisos, la meta de detener el calentamiento global será difícil de alcanzar. 

En parte, debido al retraso de la administración actual de Estados Unidos en cuanto a las políticas públicas establecidas por el presidente Barack Obama, sus emisiones de dióxido de carbon están incrementado después de haber experimentado una disminución continua durante varios años. Por el contrario, China, que es el mayor emisor de GEI a nivel mundial, parece cumplir sus objetivos climáticos declarados en el Acuerdo de París en 2015.

Según un estudio publicado en la revista científica Nature, si China sigue todas las políticas y termina la reforma en el sector energético hacia un mecanismo basado en mercado, es probable que sus emisiones de dióxido de carbono permanezcan dentro del límite establecido en sus objetivos de 2030.  En China se ha ejecutado la implementación de importantes instalaciones de energía solar y eólica a la red eléctrica, además del desarrollo de industrias nacionales para la manufactura de sistemas de aprovechamiento de energía solar, baterías y vehículos eléctricos.

En los últimos diez años, China ha tomado acciones destacables frente al cambio climático a través de grandes inversiones y más de cien políticas económicas, climáticas, de eficiencia energética, y de energías renovables. Dichas políticas implicarán beneficios adicionales tales como el mejoramiento de la seguridad energética, la reducción de contaminación de partículas suspendidas y la promoción de una reforma económica.

A finales de 2017 se lanzó un el programa más grande con miras a la reducción de emisiones de dióxido de carbono a través de un Sistema de Comercio de Emisiones (SCE), en el cual se permite la compra y venta de permisos de emisiones de GEI. Este hecho ha marcado un hito icónico, considerando que al día de hoy Estados Unidos no ha adoptado una política climática nacional basada en el mercado.

En 2015, China se comprometió a realizar una reforma en el sector energético, donde se incluye explícitamente la reducción de emisiones y un uso intensivo de energías renovables. En la misma reforma se estableció que los operadores de la red eléctrica comienzan comprando electricidad de generadores cuyo costo del recurso que emplean es el más bajo, lo cual debería promover la instalación y uso de renovables, puesto que su costo marginal es casi nulo.

A pesar de las grandes inversiones en energía eólica y solar, en China aún se construyen plantas que funcionan con carbón. Empero, la reforma del sector energético auxiliará a reducir la sobre capacidad instalada.

Hasta ahora la implementación de SCE’s en China ha tenido un pequeño impacto debido a que el precio inicial de las emisiones de carbono es de7 USD por tonelada, con un incremento gradual de 3% anual hasta 2030. Según el estudio publicado en Nature, si China reduce el límite de emisiones de dióxido de carbono después de 2025, el SCE podría consolidarse como un instrumento significativo para la reducción de emisiones del sector energético.

China contribuye en el número de emisiones fuera de su territorio, al exportar equipo para el procesamiento de carbón y financiando directamente plantas de carbón en el extranjero. Ningún país, incluyendo China, reporta emisiones generadas fuera de su territorio en los registros nacionales de emisiones. 

Sin embargo, si China ejecuta las políticas climáticas y energéticas, las emisiones de dióxido de carbono podrían contenerse antes de 2030. Esto se logrará si los líderes se enfocan en consolidar la reforma al sector energético apresuradamente, implementando y fortaleciendo el comercio de emisiones, haciendo los estándares de eficiencia energética más exigentes y desarrollando políticas de precio al carbono para los sectores del acero, hierro y en el transporte.

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